Letras tu revista literaria

jueves, 29 de diciembre de 2011

Apaguemos la luz


Fotografía E. de Juan


Con este poema participo del cuarto Concurso de Poesía de Heptagrama.

Salvador Moreno Valencia
Español


Apaguemos la luz, y después
apaguemos la luz.
Edward De Vere (Otelo)

Somos Ausencia.



Intervalo de tiempo
consecuencia de una gran explosión.



El origen de un Todo
que conforme avanzamos
más se asemeja a un Nada.



La Nada absoluta e imperecedera
todo lo que nunca Es
porque se transforma
a cada milésima de segundo un giro en esa Nada inconmensurable.



Apaguemos la luz y dejemos solo la Ausencia.

(Del poemario Cuadernos de la huida de Salvador Moreno Valencia)

sábado, 24 de diciembre de 2011

El tiempo es un reloj que picotea sin descanso buscando el recuerdo

Fotografía E. de Juan


Has llegado, retrocediendo en el tiempo hasta donde la memoria te ha dejado.

Nadie sabe mucho más de lo que te contaron
sobre cuándo aquel hombre comenzó su existencia.

Nada se ve más allá de la niebla
ni hombres, ni fieras, ni hechos,
solo un lugar donde el recuerdo hace tiempo fue aniquilado.

Las calles parecen haber estado allí
formando parte de los hombres, de las fieras
invitando a caminar por acciones violentas
seduciendo al escurridizo recuerdo.

Retrocediendo en el tiempo hasta donde la memoria te ha dejado.

sábado, 17 de diciembre de 2011

El reloj picotea sin descanso y esto es el tiempo*



Fotografía de E. de Juan


Sin el incansable tictac la sala parece vacía.

Solo el frío constante como de nieve eterna
es lo que ella percibe sin el sempiterno tictac.

Hace tanto tiempo que no lo recuerda,
ella, taciturna, intentando amueblar el pasado
pero nada parece cumplir ley alguna.

Ley natural ni creada por un estúpido homínido
que la redactó para doblegar los espíritus libres como el viento.
El tiempo avanza inexorable e imponentemente
pero ella sueña, sueña sin descanso el tictac,

El incansable tictac sin el que la sala parece vacía.

*El título de este poema ha sido extraído del libro Las máscaras del amor de Juan Carlos Onetti.

Poema incluido en el poemario Cuaderno de la huida



sábado, 10 de diciembre de 2011

Una vez el paraíso


La manzana está podrida


En el paraíso bajo un árbol
ahorcada la serpiente.

Hembra y macho fornicando con alas prestadas de ángel
Tan solo ellos en el frondoso e inmenso jardín
y un ojo omnipresente que como un gran voyeur los vigila.

La historia de la humanidad se apoya en cimientos de mentira,
en muros construidos con arena movediza
seres salvajes luchando por comer, luego, quizás, filosofarán.
Hombres fornicando con una mujer sin conciencia del incesto.

Podrida la manzana seguirá.

Del poemario El tiempo y el recuerdo (poesía circular).

domingo, 4 de diciembre de 2011

E-go-te-ab-Sol-vi-olo





¡Oh Tubérculo!

¿De ti dependerá que mi estómago se sacie o perezca de hambre?
¡Salve oh Tubérculo! crece en la tierra y deja que los jóvenes tallos de trigo se alejen de ti.


Hosanna Tubérculo cómplice de estrangular con tus raíces los finos tallos del nuevo trigo.

Aleja los reverdecidos tallos del gran Asno que en la cuadra dispuesto está a morder sus tiernos brotes y que no dudará en roer sus tiernas espigas como un cochino osador.

Hosanna, Tubérculo, rey de alimentos en tiempos miserables,
oh tú Tubérculo que creces en una tierra baldía en la que no dejas crecer nada a tu alrededor.


Oh Gran Tubérculo, que sacias los estómagos egoístas de tus cosechadores
para que degüellen los primaverales y apetitosos tallos que en la tierra crecen bajo un cielo y un sol que les da la vida.


Oh Tú, Gran Redentor del hambre en el mundo señala con tus dedos de Tubérculo
plagados de anillos dorados tallados con brotes de trigo joven a tus cosechadores, que con tu beneplácito, y tu encubrimiento, no dudan en despojar al joven trigo del derecho a convertirse en gran espiga dorada portadora de un nuevo pan: el pan que Tú, o Gran Tubérculo, ensucias con tus tubérculos ramificados por la tierra yerta en la que creces.


Hosanna, Tubérculo, en la tierra en la que te pudrirás algún día.