Letras tu revista literaria

viernes, 22 de abril de 2011

La lluvia ungidora

"Bajo rayos, centellas y truenos que producen en cielo y mar colores que parecen habernos transportado a un limbo inexistente, paseo en estos días de procesiones frustradas y fanáticos cuyo llanto se mezcla con la lluvia para ir a parar a las cloacas de una ciudad expectante que mira al cielo con la esperanza de ver un hilo dorado de sol para ver a su cautivo, su crucificado, su muerte, su lacerado Mesías celebrando la eternidad por los siglos de los siglos sacrificando su cuerpo por el perdón de los pecados de ésos que desagradecidos maldicen truenos, centellas y rayos mientras siguen mirando al cielo expectantes... una bala en la recámara"




sábado, 9 de abril de 2011

Ardientes como estrellas fugaces


Recorrer tu cuerpo lentamente, acariciar cada poro de tu piel, besar, mordisquear tus labios encarnados, surcar como un velero en alta mar tu cuello y seguir con la corriente hacia tus pechos, besar tus tiernas fresas maduras, morderlas con ritmo acompasado al movimiento de tus caderas.

Recorrer tu espalda hasta quedar varado como una sirena sobre la playa de tus nalgas, respirar la fragancia de tu piel, ir modelando tu cuerpo con mis manos hasta acariciar tu erótico pubis, morder tus pezones que ya erectos y duros me subliman, mientras mis dedos se hunden en las profundidades de tu sabrosa humedad.

Ir con picos hasta arriba y con la lengua recorrer tu cuerpo para ir como un aventurero a parar en la puerta de la vida, esa vulva que invita a la pasión, al caos, al deseo de tomarte, de penetrar en tu morada para hacerte sentir como si subieras a lo más alto de una torre.
En mi pene la dureza es suavizada por tu boca, y en la mía tus labios inferiores, tu vagina desbocada como tú galopando sobre mí, amando y ansiando el leve roce de mis testículos en tu ano que abro con los dedos y que acaricio con la yema de los mismos.

Mi sexo entra en el tuyo suavemente hasta alcanzar la cima, y sube y baja y lentamente los dos nos emborrachamos de placer hasta caer rendidos: ardientes como estrellas fugaces.

Del poemario Amante Cibernética

domingo, 3 de abril de 2011

Cuando amanezca y la luz me ciegue

Dedicado a todos los inocentes que han perdido la vida por mano de la injusticia y de la GUERRA.




Saldré al mundo por la ventana de mis gritos

y les diré a todos:

Mañana seremos un atajo de asesinos

hoy, todavía, estamos a tiempo.



Saldré al mundo por la puerta de mi dolor

y les diré a todos:

Hoy somos un atajo de asesinos

porque ayer no quisimos ver ni oír las bombas.



Saldré al mundo por la herida abierta en mi corazón

y les diré a todos:

Somos asesinos y mejor será que nos condenen

por nuestra estulticia, e indiferencia ante los crímenes

que todos hemos perpetrado permitiendo las GUERRAS.