Letras tu revista literaria

viernes, 5 de noviembre de 2010

La insatisfacción

La lluvia, para algunos,

paréceles triste, y

se derrama en su corazones

la melancolía como una cucharadita

de miel

sobre una humeante taza

de té.

Lloran en un gesto comparativo

como queriendo ser lluvia también.

Pero la lluvia cae ajena a ellos,

y,

seguirá cayendo,

ni triste

ni alegre

sino siendo un detalle más

de este grandioso escenario

donde interpreta sus mejores obras

la naturaleza.



El otoño, para otros,

paréceles triste, y

caen sobre sus corazones

las doradas hojas

iluminando las sombras,

pero ellos

sólo sienten tristeza.



El invierno, para aquéllos,

paréceles frío y lúgubre

como si en sus ojos

las lágrimas

se convirtiesen en carámbanos

de un azul brillante que,

lejos,

para ellos,

de parecerles bellas lágrimas de Océano,

parécenles horribles y funestas dagas.



La primavera y el verano, a éstos,

parécenles alegres y jubilosos,

sin embargo hasta la belleza de ambos

se les antoja insuficiente.



Tanto los primeros, como los segundos, los terceros y los últimos,

padecen una tristeza de corazón

de la que no saben desprenderse.