Letras tu revista literaria

jueves, 30 de septiembre de 2010

Llega el otoño




Por aquí se doran las atalayas de los árboles y la alfombra de hojas caídas retorna a la memoria y rescata de ella paisajes de castaños vestidos por los infinitos colores del otoño, tan cálidos y sugerentes como el cuerpo desnudo de la amante sobre la que han caído las hojas del tiempo.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Agua




¿A dónde iré con el paso de los días?
¿A dónde la corriente me lleve?
¿Es corriente de agua, ese sinuoso movimiento de tus caderas?
¿Son olas tus ojos que se asoman al mar?

Agua, agua que late en ti.
Agua, agua que me azota.
En los reflejos brillantes de una gota de lluvia, agua.
En los destellos de una lágrima, agua.
En las hojas de los árboles, agua.

Agua, agua que late en mí.
Agua, agua que te azota.
Eres riachuelo que nace en mis labios
y muere en el mar de mi amor.

Eres la tormenta, y el rayo
que parte mi voz.
¡Agua, si yo fuera agua!


viernes, 10 de septiembre de 2010

Déjame



Déjame llegar a tu puerto frío.
Déjame calentarlo con el viento de mis velas,
déjame encallar mis días, y mis noches en tu amanecer de arena.
Déjame que yo también te sueñe en el universo,
donde la realidad se confunde con los sueños,
donde somos como estrellas que lejanas
se sienten, se aman.
Déjame encender la hoguera,
calentaré tu frío corazón.
Déjame que baje el sol
para que llene de luz la oscuridad de tu pensamiento.
Déjame que abrace la distancia,
para acercar tus besos a mi boca.
Déjame que sienta el latido de tu corazón
en mi pecho.
Déjame que sienta la respiración de tus labios
tan cerca que se confunda con la mía.

Del poemario Barro en los zapatos de Salvador Moreno Valencia

jueves, 2 de septiembre de 2010

Tras la estela de tus pasos

 Fotografía de E. de Juan

Sigo la estela de tus pasos
aunque pienses que ya te he olvidado, yo a ti no, y espero que tú tampoco a mí.

Eres un torbellino, o un tornado, por donde quiera que pasas dejas huella, y aunque pienses que no,
aún persiste en mí la que dejaste en mi corazón.

Sigo tu estela de gran persona, de esas, que yo sé, y que tú también sabes, no les cabe el corazón en el pecho.

El camino nos llevó por derroteros distintos, pero aún así, sigo tu estela porque la huella que dejaste en mi corazón todavía persiste.
Salvador Moreno Valencia