Letras tu revista literaria

martes, 23 de enero de 2007

Violencia en las aulas

Sobre la violencia en las aulas, quiero sumar, a la lista de razones esgrimidas: la ignorancia y la incultura, en la que la mayoría de los padres están sumidos. Debido a esto, los niños se muestran con esa violencia, sin duda, al estar sumergidos en una voraz máquina de consumo, donde al parecer, todo está en venta y todo se puede comprar con el dinero, incluso, el cariño. Perdiendo valor el respeto y otros valores humanos, importantísimos para la convivencia en paz y armonía.

Los miles de padres que no tienen más remedio que dejar a sus hijos en guarderías, a la tierna edad de cuatro meses, consiguen que los hijos tengan un sentimiento de abandono. Mostrándose en ellos el desarraigo y con él la perspectiva de la pérdida de los valores.
Estos padres no tienen otra opción, entre otras cosas, porque han de enfrentarse al pago de las cuotas, que ellos mismos, se han impuesto, para vivir en la sociedad deshumanizada, egoísta y brutal en la que viven, creada por sus inconscientes mentes. Sin percatarse de la violencia psíquica que ello supone para sus vástagos.

Se olvidan las formas de valoración basadas en el respeto a la naturaleza y en ella, a seres vivos: animales, hombres y plantas; destruyendo el equilibrio de la naturaleza humana y yendo hacia una involución: el animal se abre camino entre esa jungla, el hombre retrocede en su sabiduría, aceptando la brutalidad como norma. Creamos niños consentidos, a los que no se les pude negar nada, y no son ellos los culpables, sino el egoísmo del que hacemos gala.

Abrir un cuento para leerlo a los hijos, puede ser, en algunos casos, todo un trauma. Mejor fútbol, gritos y rasquiñas, mejor nos espulgamos como monos, si como ellos nos comportamos, con la diferencia, de que estos, si mantienen el citado equilibrio: mono=naturaleza y viceversa.

No se dan cuenta de la catástrofe, que generan con ello, y, a la que están enviando a esos seres inocentes e inofensivos, que con toda seguridad responden a la falta de cariño con esa violencia, es el modo que tienen de gritar que algo importante les está pasando.

El desarraigo producido por la separación de la mayoría de los padres, la velocidad con que viven, la violencia en televisión, los gritos… La inseguridad de sus progenitores, generada por la sociedad competitiva…

Son efectos negativos para los niños, estos niños, no dudarán en chantajear a sus padres, porque saben, que estos, en el fondo, se sienten culpables del abandono. Es el egoísmo de la sociedad moderna y materialista que hemos creado el que impera y destruye los valores humanos, el que deshumaniza.

Habrá que cambiar muchas cosas, la primera, debería ser, crear escuelas para futuros padres. (Si para conducir un coche tienes que hacer un examen) ¿Por qué, para algo tan importante, como es tener hijos, no se da una educación apropiada al respecto? Que en muchos de casos es tan necesaria.

Si no reeducamos a los progenitores, lo único que estamos consintiendo es la creación de depredadores natos, salvajes urbanos que no tienen otra cosa en sus mentes que violencia, en la que viven y se desenvuelven cada día. Esto, sumado al dolor que produce la carencia afectiva nos lleva a la desesperación que produce todo abandono, y lo más grave es que se torne en odio, caldo de cultivo para toda violencia.

© Salvador Moreno Valencia