Letras tu revista literaria

domingo, 14 de octubre de 2007

Teorías peregrinas









Quizá sea eso, solamente una simple teoría extraña, pero no me queda más remedio que el planteamiento de la misma a los entendidos en la materia.
Mi pregunta es:
¿Cómo se comporta un cuerpo, por ejemplo: una manzana con su peso y volumen si la despojamos de parte de su materia interior, más o menos una cuarta parte de la misma?
¿Qué ocurre con ella?
El mismo planteamiento quiero aplicar a otro cuerpo, en éste caso, mucho más grande, por ejemplo: la tierra: ¿Qué ocurre si sacamos de su interior una cuarta parte la convertimos en combustible y lo enviamos al aire? ¿Pierde peso la tierra por ello? ¿Y si lo hace puede esto afectar a su movimiento giratorio, a la gravedad…?
Sí, quizá no es más que una simple teoría extravagante.


La siguiente de mis teorías peregrinas también puede ser una estupidez, pero como en la anterior, me siento en la tesitura de exponerla, para su confrontación sea ridículo o no.
Así que ahí va la siguiente:
Si ponemos en una olla agua y la calentamos: ¿Qué ocurre? Se evapora.
Sirva de ejemplo para lo que sigue:
Si la temperatura de la tierra aumenta: ¿Se evaporarán sus aguas para convertirse en lluvia? Si esto ocurre, ¿Las lluvias serán torrenciales y de intensidades extraordinarias, produciendo inundaciones y catástrofes?
Y si la temperatura aumenta: ¿Se derretirán los polos? ¿Si los polos se derriten aumentará el nivel de agua en el planeta? Como la temperatura aumenta ¿aumentará la evaporación; y lluvias y fenómenos naturales se multiplicarán y serán todavía más devastadores de lo que lo son hoy en día?
¿Podemos hacer los humanos algo al respecto? Quizá sólo sea querer hacerlo, pero para ello habrá que cambiar muchas costumbres: ¿Está la sociedad moderna dispuesta a sacrificar comodidades en pos de salvar su propia existencia?
¿Seremos capaces de afrontar el cambio para construir una sociedad basada en valores humanitarios, tan escasos en los días presentes?
Para empezar: ¿podíamos dejar de utilizar el coche hasta para ir al quiosco de la esquina?
alveno©

martes, 9 de octubre de 2007

La terrible enfermedad de Alzheimer.



Esta imagen debe valer más que mil palabras, es mi padre y se encuentra en la última fase de la enfermedad.
¿No sería la eutanasia una muerte digna para él y para todos aquellos que sufren los estragos del terrible Alzheimer?
alvaeno

jueves, 4 de octubre de 2007

COMUNICADO URGENTE

este comunicado es muy importante en defensa de nuestro patromonio cultural, ante estos "vandalos modernos" DIFUNDELO AL MAXIMO


COMUNICADO URGENTE CONCENTRACIÓN FRENTE AL MINISTERIO DE CULTURA CONTRA LA DESTRUCCIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO-CULTURAL JUEVES, 4 DE OCTUBRE, A LAS 18.00 HORAS La ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE VICENTE ALEIXANDRE, la PLATAFORMA DE AYUDA AL TEATRO ALBÉNIZ, los colectivos «SALVEMOS LOS CINES Y TEATROS DE MADRID» y «SALVAR LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA», la FEDERACIÓN REGIONAL DE ASOCIACIONES DE VECINOS DE MADRID, la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL PALACIO DE BOADILLA DEL MONTE y la ASAMBLEA CIUDADANA DEL BARRIO DE UNIVERSIDAD, convocan a todos los medios de comunicación y ciudadanos a la concentración que tendrá lugar el próximo jueves, 4 de octubre, a las 18.00 horas, frente al Ministerio de Cultura (plaza del Rey, 1) en un nuevo intento de concienciar a las administraciones públicas de su ineludible obligación de salvar y proteger nuestro patrimonio histórico-cultural. En estos momentos, se encuentran seriamente amenazados, camino de la destrucción, decenas de lugares históricos y emblemáticos de nuestra Comunidad de Madrid, lugares que conforman, indiscutiblemente, algunas de nuestras mejores señas de identidad cultural. Desde hace tiempo, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no sólo han demostrado un profundo desdén hacia nuestras legítimas reclamaciones, sino un profundo desprecio hacia la voluntad de gran parte de nuestros intelectuales, artistas y ciudadanos que las apoyan. Con esta concentración, que repetiremos periódicamente frente a las sedes de las otras administraciones aludidas, pretendemos no sólo que se dignen en escucharnos seriamente, sino que pongan todos los medios a su alcance para evitar actuaciones irreversibles y lamentables para nuestra historia y para las generaciones futuras. Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre (www.vicentealeixandre.es) Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz (www.teatroalbeniz.blogspot.com) Salvemos los Cines y Teatros de Madrid Salvar la Institución Libre de Enseñanza (www.salvarlaile.com) Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (www.aavvmadrid.org) Asociación de Amigos del Palacio de Boadilla del Monte (www.amigospalacio.org) Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad (www.acibu.com) ¡DIFUNDIDLO, POR FAVOR!

El espejo




Veo sus sueños reflejados en el cristal; espejo de su alma.
Pensativos labios carnosos; ojos de infinita nostalgia. Espejo…
Ella es el espejo como en el cuadro de Odilón Redón. Mira el paisaje sin verlo; más allá de lo real se fugan sus ojos intentando comprender la magnitud, y, a la vez, la simpleza del universo.
Cierra los ojos, duerme, dulcemente duerme; belleza inmaculada. Preocupantes líneas se dibujan en su rostro infantil; duerme, dulcemente duerme, belleza inmaculada.
El espejo, de nuevo el espejo se cerciora de la imagen, de la realidad de su rostro aniñado; duerme, dulcemente duerme, belleza inmaculada.
Ventana del sueño por la que se ve una llanura insondable cuya línea del horizonte se pierde en un pensamiento.
Manos frágiles, duermen, las manos de la maga. Espejo. Maga…
Sueños de campiñas grises adornadas con una manto de escarcha gris; el espejo, de nuevo el espejo, morada infinita del indeciso invierno y en él, reflejada, una mueca de labios tímidos con el hastío de un otoño anticipado.
El espejo, de nuevo el espejo, morada infantil, duerme, dulcemente duerme; belleza inmaculada en el espejo de la memoria.
El brillo sensible de sus ojos va y viene, mira sin ver. Duerme, dulcemente duerme dulce condena de olvido.
En el espejo…
alvaeno©

miércoles, 3 de octubre de 2007

Sexo ciber-mético


Me gustaría hacer el amor contigo esta noche, pero ante la imposibilidad de tener contacto físico, tú y yo sentémonos delante de nuestras computadoras y participemos en una sesión de sexo cibernético.

Las flores en el jardín dejaron de florecer hace tiempo; en la avenida ya no hay autos, tampoco bicicletas; mi amor se esfumó como todo, ahí fuera, se ha evaporado con la niebla.

Me gustaría hacer el amor contigo esta noche…

Lo peor de ser una esquina es que siempre se te mean los perros encima.
Al menos la farola ilumina la noche, meada por cientos de perros, pero iluminada por tan sofocante lluvia dorada.

Caminar por las aceras en las grandes ciudades es algo que puede llegar a convertirse en un verdadero peligro: si no pisas una mierda de perro pisarás otra.
Ellos, los dulces perritos, no son responsables, sin embargo, sus dueños sí lo son; los mismos que se autodefinen como seres racionales: ¿dónde está su raciocinio?

Los ojos del delfín, fin…
Como luciérnagas en la media noche
iluminan los rincones de la escollera,
mar y buzo, pez linterna,
en la cantina un ranchera
y en los peces…

Pero un día, al amanecer, el primer hombre que decidió actuar contra la necedad humana, le plantó cara al mundo y detuvo toda su actividad “productiva”.
Como un virus que se propaga de unos a otros su actitud se extendió por todo el planeta, y mujeres y hombres dijeron al unísono ¡BASTA!
Construyamos juntos un mundo de igualdad y justicia, un mundo sin fronteras donde los seres humanos tengan igual derecho, un mundo donde no exista la exclusión social ni la pobreza.
Sí, gritaron: ¡BASTA YA DE TANTA DESTRUCCIÓN Y BARBARIE!
Sí, gritaron: ¡YO NATURALEZA!

©alvaeno

martes, 2 de octubre de 2007

Un día No



Quizá les habrá ocurrido alguna vez. ¿O nunca han tenido un día No?
Mi día No ha sido hoy porque al parecer todo el mundo se ha puesto de acuerdo para hacerme imposible realizar con éxito mis gestiones.
Para colmo el día estaba gris y lluvioso.
De modo que no me he enfadado por ello, ni mucho menos, simplemente me he dicho:
Lástima ellos se lo pierden, y he dedicado el resto de mi día No a mirar positivamente la actitud de los que antes de empezar a hablar tienen el No por saludo, por insolidarios y mequetrefes que se han aprendido al pie de la letra, valga la redundancia, la letra pequeña del contrato.
Así que si algún día encuentras un día No, no te apures, dedícalo a hacer lo que nunca acostumbras en día festivo.
Salud y república
alvaeno©

miércoles, 26 de septiembre de 2007


Por las ventanas se fugan las ilusiones y una muerte inexacta se aproxima como un fantasma en la madrugada.
alvaeno©

El servicio ha hecho sus maletas


Don Agapito el aristócrata.



El lavavajillas no funciona, el mayordomo se fugó con la vecina del quinto, veinte años menor que él, por tópico que parezca, así es.
La señora ama de llaves se ha casado con un magnate de las finanzas.
La mujer de la limpieza ha montado una gran empresa servicios integrales.
Y así estoy, quiero decir mi casa.
Hecho un pobre hombre, tan aristócrata y tan desgraciado.
¿Qué voy hacer sin servicio?
Busco personal para el servicio de la casa y no encuentro a ninguno porque ahora se denominan técnicos de asistencia a domicilio para personas con dependencia, y mi única dependencia es la aristocracia.

alvaeno©

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Muslos de pollo al horno


Ingredientes:
6 muslos de pollo
4 pimientos verdes
2 tomates
1 calabacín
1 Cebolla fresca
1/2 Coliflor
Aceite de oliva virgen
sal
pimienta
ajo
Especias variadas
Tomen los muslos y no duden en enjugarlos bien
como si frotasen las nalgas de una virgen
con aceite de oliva, sal, pimienta y las hierbas...
Luego disponer sobre la bandeja del horno
hagan volar su imaginación para crear el efecto que más les apasione
no se queden en la postura del misionero
imaginen, muchachas y muchachos, imaginen...
Metan la bandeja en el horno que previamente hemos calentado
como si del acto sexual se tratase, precalentamiento y a disfrutar,
retengan el orgasmo durante unos cuarenta minutos y cuando los muslos
estén dorados déjese correr de placer y luego
ya satisfechos, muchachos y muchachas, preparen la mesa
y disfruten de la suculenta comida.
Y no olviden regarla con un buen caldo de la tierra.
De postre pueden continuar con el cuerpo a cuerpo...
Buen provecho

martes, 18 de septiembre de 2007

alvaeno: MEMORIAS DE ADRIANO

alvaeno: MEMORIAS DE ADRIANO
www.tcsevilla.com

MEMORIAS DE ADRIANO

Teatro Clásico de Sevilla
presenta
Cia. de Espectáculos LA TARASCA

MEMORIAS DE ADRIANO
de Marguerite Yourcenal, versión y dirección de Ramón Bocanegra
con Juan Carlos Sánchez, Amparo Marín, Juan
Motilla, Montse Rueda, Eugenio Jiménez y Chiqui García

REALES ATARAZANAS

(C/ Temprado, 1. 41001 de SEVILLA)
del 19 de Septiembre al 16 de Octubre
de miércoles a Domingo
21.30 horas
Info. y reservas: 902 02 19 52 / 902 87 57 68
de 11.00 a 14.00 y de 18.30 a 22.00
www.tcsevilla.com

lunes, 17 de septiembre de 2007

"La diversidad del patrimonio

¡El foro está abierto, participa!
http://www.foroscubarte.cult.cu/read.php?2,387

Convocatoria a foro de discusión digital "La diversidad del patrimonio
cultural mundial"


El viernes 28 de septiembre, a las 11 AM (hora de Cuba).


El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y Cubarte, el Portal de la Cultura
Cubana, convocan al foro de discusión digital La diversidad del patrimonio
cultural mundial: expresión del tesoro cultural de los pueblos, al que se
puede acceder a través de www.foroscubarte.cult.cu

El foro se encuentra abierto a las colaboraciones y trabajos de los
interesados, así como a comentarios y anotaciones acerca de lo expuesto.
Está prevista su culminación mediante un panel multinacional en línea el
próximo viernes 28 de septiembre, a las 11 AM (hora de Cuba).

El foro surge ante la necesidad de salvaguardar el patrimonio de los
pueblos en un mundo en el que se intenta imponer una cultura única, banal
e intrascendente, convertida en un instrumento para enajenar y dominar.

Reflexionaremos sobre las posibles acciones para la aplicación del
Convenio sobre la Diversidad Cultural, aprobado mayoritariamente en la
UNESCO por la comunidad global de naciones. Asimismo, valoraremos
críticamente iniciativas como la de seleccionar las nuevas siete maravillas
del mundo, utilizando los medios digitales y la mercadotecnia en una muy
publicitada y competitiva convocatoria.


Los temas que se debatirán son:

-El patrimonio cultural nacional: diversidad, identidad y riqueza cultural de
los pueblos.

-Políticas culturales de defensa, preservación y promoción del patrimonio
cultural.

-Los enemigos del patrimonio cultural en el mundo.




Puede ver texto de introducción al debate:
Patrimonio y diversidad culturales a debate en:
http://www.foroscubarte.cult.cu/read.php?2,387
http://www.defensahumanidad.cult.cu/artic.php?item=4203

El próximo sábado día 22 de septiembre, a las 19 horas, tendrá lugar la presentación del libro “MARAVILLAS DEL ALTO GUADIARO”, en el Centro de Interpretación de la Espeleología de Montejaque (Málaga).

Esta importante novedad editorial será presentada por los autores, Juan Mayoral Valsera y Angel Martínez García, que realizarán una videoproyección comentada sobre el tema.

El texto del libro, de edición bilingüe en español y en inglés, versa sobre los pueblos de la zona, su fauna y flora, los viajeros románticos, la Cueva de la Pileta, el Sistema Hundidero-Gato, las cuevas y las rutas de senderismo de la zona, así como sobre el Centro de Visitantes de Cortes de la Frontera y el Centro de Interpretación de la Espeleología de Montejaque. Las magníficas fotografías que incluye esta publicación, son una selección de imágenes recopiladas durante los últimos años, y dan una panorámica de este paraíso de la naturaleza que es el Alto Guadiaro, que todos debemos preservar de más agresiones medioambientales como las sufridas por el río Guadiaro (vertidos contaminantes) o las sierras (incendios).

Con este libro se pretende fomentar la conciencia colectiva de preservación del medio natural, y de la importancia enorme de la riqueza del patrimonio histórico y natural de la zona, así como su potencial turístico.

Esperamos contar con tu presencia, o al menos, que conozcas y difundas este libro, que ha sido elaborado con mucho esfuerzo y cariño para mostrar las maravillas de esta zona privilegiada de Andalucía.

Juan Mayoral y Angel Martínez.-

Siendo presentado en RONDA, el 25 de octubre, a las 20,30 horas, en el CENTRO OBRERO

( calle molino nº 10), dentro de las Tertulias de Poesía “El Cinco a las Cinco”, organizadas por el Colectivo Cultural Giner de los Ríos

sábado, 15 de septiembre de 2007

alvaeno: U2 and Leonard Cohen - Tower of song

alvaeno: U2 and Leonard Cohen - Tower of song

U2 and Leonard Cohen - Tower of song

Lo bueno de la música es que llena los rincones vacíos de la soledad...

Los ochenta en Planta Baja

Siempre fue un placer cerrar mis sesiones musicales con un tema como este, bailemos en el amor.
saludos y pronto nos vemos en el blog.

Radio Futura -

Y comimos la semilla negra y bailamos como poseídos por un dios impasible, nos mordimos los rincones y brindamos con decenas de chupitos, allí quedó la esencia de muchos sueños... En Planta Baja bar...llegaba la noche y los sueños navegaban a lomos de una corcel salvaje y libre...

RADIO FUTURA han caído los dos

Y también caímos los dos fulminados al suelo drogados y bebidos, ebrios de sexo y dolor, o lo que es lo mismo pasión y deseo, felicidad y tristeza. Noches de Planta Baja bar, navegamos como náufragos en busca de un isla perdida...

Radio Futura-La Estatua del jardin botanico

Y me quedaba sentado allí eligiendo los disco de vinilo que hacían las delicias de los oídos de los allí congregados al calor del amor en un bar y ponía este jardín botánico de Radio Futura y me evadía con los recuerdos en los brillantes ojos de alguna ardiente mujer...

Burning - Que hace una chica como tu en un sitio como este

Y cómo no podían faltar los maravillosos Burnig y su Que hace una chica como tú...
Noches de Planta Baja Bar, donde pinché todos estos temas y muchos más.

Nacha Pop - Chica de Ayer

Llenos los cubatas y las birras bien frías movimos las caderas con este tema, indiscutible himno generacional...

Los secretos - Déjame

Y este fue uno de los temas más bailados y cantados en las noches del Planta Baja Bar

Mecano - Me cole en una fiesta

Y ahora llegado este momento un repaso a los ochenta, discos que tantas noches pinché en Plata Baja bar

Bunbury, Calamaro, Loquillo y Jaime Urrutia: ¿Donde estás?

Por qué no hacer un recorrido por los ochenta...

Queen and David Bowie - Under Pressure

Y con este tema la locura se cernía sobre las cabezas de hilos anaranjados y las marionetas se movían con un hilo de sonrisa cayendo por sus vasos helados de ron...

David Bowie - Ashes to ashes

Y si la noche se esfumaba yo pinchaba este tema dedicado a los ojos esmeraldas de alguna mujer que se ocultaba tras el carmín de sus labios deseosos de besos furtivos...

pink floid - Wish You Were Here (video Live)

Esto es lo que me hace ser libre y feliz, entre otras cosas...

Manu Chao - Desaparecido

desaparecido lo pinché muchas noches en Planta Baja bar

La leyenda del atún

Buena leyestrónica leyanda...

viernes, 14 de septiembre de 2007

Actúa ya


http://www.es.amnesty.org/boletindenoticias/images/76086532.jpg
Hace 13 años, mientras el mundo miraba para otro lado, más del 800.000 personas fueron asesinadas en Ruanda.

El próximo 16 de septiembre será el Día Global por Darfur. En Sudán la violencia y la inseguridad se han cobrado ya cientos de miles de vidas y han obligado a desplazarse en los últimos ocho meses a 250.000 personas (algunas por tercera o cuarta vez).
Darfur es otro triste ejemplo de que, a menos que seamos más fuertes, siempre habrá civiles cuyos derechos humanos no serán defendidos por nadie excepto tú y las personas que como tú no pueden permanecer impasibles ante estos abusos.

Necesitamos ser más para poder ayudarles. Y tú eres imprescindible en esta lucha pacífica.

Por eso te pido dos cosas urgentes: Firma esta petición para exigir al gobierno de Sudán que proteja a los civiles y coopere plenamente con el despliegue de tropas de paz aprobado por la ONU. Y considera hacerte socio ahora para que Amnistía Internacional pueda seguir dando voz a quienes nadie escucha.
En cualquier caso, gracias por estar a nuestro lado.

Esteban Beltrán
Director - Amnistía Internacional

PS: Amnistía Internacional es una organización independiente y financiada por personas asociadas y comprometidas con la defensa de los derechos humanos. Tu colaboración, por pequeña que sea, es lo único que nos permite seguir.

jueves, 13 de septiembre de 2007

EL CUARTO REICHc


Sí, a ver, haber es como tener por dónde comenzar, sin embargo yo comenzaré por la propia experiencia.
-¿Existe el cuarto reich?
-Sí, efectivamente existe.
-¿Dónde podemos localizar su centro de operaciones?
-En las sociedades contemporáneas y sobre todo en occidente.
-¿Qué quiere contarnos usted sobre el tema en concreto?
-Como ya he dicho, partiré analizando mi propia experiencia en un estudio que he tenido la ocasión de hacer durante tres meses, en los que he podido ver cómo la apatía de la clase media trabajadora acalla toda injusticia y alienta la xenofobia y la intolerancia hacia otras razas.
-Así que mantiene usted que no hay diferencia entre los campos de concentración alemanes y los barrios donde hoy habita la clase media trabajadora.
-Sí, efectivamente, y espero poder dar un razonamiento claro y conciso sobre el asunto.
La historia comienza en la imagen de la fotografía...

martes, 4 de septiembre de 2007

lunes, 3 de septiembre de 2007

Como cabalga la lengua...


Dulce aroma de silabas sedientas de bocas, palabras en besos expresadas por la tierna y

dulce boca de los silencios.

Sombras


Ir a tu cama
Bajar tu casa
En la ventana
Abrirte y
Cerrarte
En el balcón del alma.

sábado, 25 de agosto de 2007

La otra cara de la Costa del Sol


Esta es la cara que no se ve de Benalmadena Costa, en concreto la Urb Las Naciones, el basurero cada vez es más grande y alberga todo tipo de enseres y basuras. Esto dice tanto de los usuarios como del ayuntamiento, pero la responsabilidad es, evidentemente, de los vecinos de dicha urbanización.

domingo, 12 de agosto de 2007

Tertulia de Poesía “El Cinco a las Cinco”



Organiza:
Colectivo Cultural “Giner de los Ríos”
Colaboran:
UNICAJA: Fundación Ronda
Distribuidora “CANTERO” Y Bodegas “Los Bujeos”
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Temporada de las Tertulias en Verano
……………………………………………………
Patio Mudéjar del Palacio de Mondragón
A las 21 horas
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Fecha: 28 de junio de 2007
Poeta: Juan Miguel Melgar Becerra, de Arriate
Música: Paco Varela y Luís Granados, a las guitarras
Obsequio de un ejemplar de los “Cuadernitos de Poesias”



Fecha.- 26 de julio de 2007
Presentación del Cuaderno Rondeño,” JUAN, HERMOSA INOCENCIA”
autor Enrique Berbel, e ilustraciones de Tomas Ortega
Invitado: Miguel Angel Rincón Peña, rondeño, en Prado del Rey
Música: grupo, “El sombrero del Alquimista, de Málaga
Obsequio de un ejemplar a los asistentes


Fecha: 30 de agosto de 2007
FIESTA DE LA POESIA
Presentación del Anuario de Poesía, con la participación de los poetas y músicos, participantes en este año.
Obsequio un ejemplar a los asistentes.

Fecha.- 27 de septiembre de 2007
Presentación de la nueva colección de poesía “VIOLETA”
Poeta invitado.- Rubén Eloy Ortega, tomo I “París sin ti”
Música: grupo “Voces de Al-Arriadh”, de Arriate

Obsequio de un ejemplar a los asistentes

sábado, 11 de agosto de 2007


El necio rico le pregunta al sabio:
¿Eres pobre?
El sabio le responde:
Tu riqueza es mi pobreza y mi riqueza es tu pobreza. Yo puedo alcanzar la tuya pero tú nunca alcanzarás la mía.
salvador moreno valencia
Miguel Pérez Díaz

La Orquesta de Miguel Pérez volverá a sonar a partir de las 23.30 en la Sal´s Paradise de Fuengirola (Paseo Marítimo, Parque Doña Sofía) el próximo 18 de agosto de 2007.

Nuevamente nos hará revivir con su particular sabor añejo al jazz más clásico el ambiente que se respiraba en aquellos clubes de los años cuarenta, y estrenará "Noctiluca", un nuevo tema escrito por Miguel Pérez. Entrada: 5 €.
Más en www.miguelperez.es

viernes, 10 de agosto de 2007


Cierro la puerta con cerraduras de miedo, el hombre crece ahí fuera bajo un temor inventado.
Ni mano enemiga para el amigo,
ni amiga para el enemigo.
Cierro la puerta con cerraduras de miedo,
dentro yo y mis temores ficticios.
salvador moreno valencia

lunes, 6 de agosto de 2007

La civilización de los necios

Una sociedad que no valora a los artistas, que menosprecia la creatividad de los virtuosos, que no respeta la cultura, está condenada a la insolencia con la que los necios se manejan. Y es esa la sociedad que impera, esa es la civilización de los necios.

miércoles, 1 de agosto de 2007

La necesidad

por necesidad fui a servir al necio,
le serví con la grandeza y
la humildad de algunos príncipes
no con la bajeza de los ignorantes.
salvador moreno valencia

domingo, 1 de julio de 2007

foto by joio http://www.flickr.com/photos/21633549@N00/


La estación de la vida

En estos días inciertos, de muchedumbres solitarias, de gente que viene y que va, estoy sentado en la estación de la vida y veo pasar los trenes. Trenes llenos de vida, llenos de nuevas formas de pensamiento, de nuevas formas de amar. Trenes solitarios, vagabundos que van a ninguna parte y que vienen del lugar donde habitan los recuerdos. Recuerdos de otros días en los que todos fuimos sembrando nuestras semillas para acabar recogiéndolas con el paso del tiempo. Unos recogieron buena cosecha y otros recogimos mala hierba.
Esta es la estación de mi vida, de mis días y en ella están cerradas las oficinas de venta de billetes. No hay billetes, de momento, para mí. Y así veo pasar la vida, sentado en esta estación solitaria, a donde van llegando todos los que se marcharon, llegan con la alegría del emigrante que vuelve a su tierra, aunque sea por unos días, con la ilusión de encontrar a la gente que dejaron tras su marcha. A veces los encuentran, y otras sólo ven a los que se quedaron, como yo, en la estación viendo pasar los trenes como locos solitarios.
El viajero deshace sus maletas y al cabo de unos días las vuelve hacer y se marcha en el tren, el tren de su vida y luego pasaran muchos días para que vuelva a regresar, sin embargo yo estaré ahí, sentado en la estación de mi vida, ésta estación en la que he decidido quedarme para ver pasar los trenes.
Los trenes se pierden en le horizonte azul de las tardes del sur; yo me quedo allí viéndolos desaparecer en las tardes de primavera, en las de verano, de otoño y de invierno. Llega la primavera y los campos se desgarran en millones de colores; llega el verano y van tornando su colorido volviéndose ocres y amarillos, y las tierras van secándose como se van secando los arroyos y los ríos; la vida sigue rumbo al otoño que va sembrando de hojas las veredas y las alamedas y los árboles se quedan desnudos y llega el largo invierno y el frío hiela la estación y mi corazón dormita: miro las vías del tren por las que hace tiempo ni llega ni se va nadie.
Pienso en el último tren que pasó hace ya muchos años, ese tren que nunca cogí y que nunca volverá. Ahora soy el viajero que soñé, y que, aún, añoro sin haberlo sido.

salvador moreno valencia©

miércoles, 27 de junio de 2007


foto joio
http://www.flickr.com/photos/21633549@N00/
LOS VIAJES DE CARLOS
La mañana del cuatro de febrero de 1998, amaneció como el día anterior, con una lluvia infernal de la que no nos librábamos hacía tres meses. Me dirigí a la estación del tren y antes de sacar el billete, dudé hacia dónde realmente quería ir. La verdad es que, si me hubiera dejado llevar por el sentimiento o aquel presentimiento, seguro que hubiera elegido ir hacia otro lugar al que elegí. Me senté en un banco a esperar el tren que me llevaría al otro lado del país, exactamente al norte, al país Vasco. El tren llegó puntual; cogí mi mochila y subí al compartimento de no fumadores -no tenía ese vicio y por supuesto no me gustaba oler el humo de los cigarrillos. En aquel compartimento no subió casi nadie, sólo una pareja de ancianos, un japonés, y una chica morena de unos veinticinco años, muy atractiva, por lo que me fijé en ella, aunque soy una persona muy observadora y suelo echarle un vistazo a todo lo que me rodea, esta chica me llamó más la atención, y estuve un poco desatento a lo que ocurría en el vagón.
Al rato de mis observaciones pude comprobar que había subido un hombre de unos cuarenta y cinco años aproximadamente, robusto y de tez morena. Llevaba una bolsa de viaje de piel y por su aspecto debía de haber pasado por muchas estaciones, estaba bastante deteriorada. Se sentó frente a la chica, colocó sus piernas en el asiento de enfrente, ella le miró como desaprobando el gesto, pero él ni siquiera la miró. El tren salió a la hora que estaba programada, y a los pocos kilómetros de viaje el tipo aquel se durmió. Ella me miró, con una mirada cómplice, cogió sus cosas y se cambió de asiento. Se sentó frente a mí, pero antes pidió permiso, el que yo por supuesto le otorgué. Cortés le dije mi nombre, ella me dijo el suyo. Malena era su nombre.
Después de la presentación hablamos un rato sobre las cosas que cualquier pasajero habla con su acompañante de viaje. Mientras hablábamos, yo la seguía observando, tenía la piel suave y delicada, su palidez me recordó a las muñecas chinas, sus manos eran delgadas con unos largos y finos dedos terminados en unas uñas de igual delicadeza. Era tan frágil, que el movimiento del tren hacia que sus delicados huesos sonaran como campanillas.
El hombre que dormía dos asientos más adelante, se despertó, miró a su alrededor y comenzó a buscar algo en su bolsa de viaje, por la mirada que nos dirigió, pudimos saber que no éramos de su agrado, pero nosotros teníamos el mismo sentimiento. Nunca alguien me había dado tan mala espina como aquel tipo.
Él sacó una agenda de piel, estuvo haciendo anotaciones varios minutos. En esos momentos llegó el revisor, pidió los billetes, primero a los ancianos, luego al japonés, a nosotros y por último al viajero que cerraba la lista del pasaje de aquel vagón.
El tipo metió la mano en el bolsillo de la cazadora, que llevaba puesta, de piel de ante. Pero no fue el billete lo que de ella sacó, no, sino una pistola con la que encañonó al revisor, al que le comunicó sus intenciones, que no eran otras que las del secuestro de aquel tren, que nos llevaba al norte. Todo había cambiado de repente y ahora nos encontrábamos en una situación peligrosa y sin saber cómo acabaría.
Todos nos quedamos paralizados cuando vimos cómo el tipo encañonaba al revisor. Era una pistola de nueve milímetros, su cañón brillaba en las sombras del vagón que seguía con su traqueteo. El tipo soltó al revisor y se dirigió hacia el japonés, le puso la pistola en la cabeza, el asiático se arrodilló temblando, el tipo sacó un papel de su bolsillo y se lo entregó al revisor diciéndole que se pusiera en contacto con el maquinista y detuvieran el tren inmediatamente, que si no lo hacían mataría a su rehén.
El revisor salió corriendo del vagón y en menos de tres minutos el tren se detenía, lo que produjo que el resto de los pasajeros se alarmaran, pero el revisor se encargó de hacer que no cundiera el pánico y fue diciendo vagón por vagón que tenían una avería y no tardarían en solucionarla.
Así hasta que volvió a nuestro vagón, como le había dicho aquel tipo, en ese momento se levantó y nos miró a todos diciéndonos que éramos sus rehenes y que si todo salía bien no tendríamos de que preocuparnos.
Malena se echó a llorar, yo la intenté consolar y pronto se calmó. Los dos ancianos se dirigieron a nuestro secuestrador y le dijeron que los dejara ir, pero él no aceptó la propuesta, aunque todos la apoyamos.
Estábamos detenidos allí en medio de ningún sitio, el paisaje que se podía ver desde las ventanas, antes de que el secuestrador las cerrara, era un frondoso bosque rodeado de montañas que se abrían al final un verde valle, donde pastaban a lo lejos algunas vacas y donde sólo pudimos ver, casi al final de aquel valle un caserón con apariencia de abandono. Nos entristeció el panorama, nos encontrábamos en una situación límite y aislados. A donde las fuerzas de seguridad tardarían en llegar, siempre que antes no se le ocurriera aquel tipo emprenderla a tiros y dejarnos allí tirados, porque al parecer a él le daba igual. Quería conseguir lo que había venido a buscar, costase lo que costase.
A las tres horas volvió el revisor con noticias de que la policía le había dicho que comunicase al secuestrador que estaban dispuestos a negociar.
En ese momento el secuestrador se calmó y guardó el arma que había empuñado desde que comenzara aquella pesadilla.
La noche nos sorprendió en aquel vagón, donde estábamos aterrorizados por aquel individuo. Las luces del tren se encendieron y en menos de media hora todos los vagones estaban custodiados por quince terroristas que, llegaron al tren desde aquel casaron que habíamos visto allá al final del valle.
Uno a uno fue tomando su posición en cada vagón, amenazando con sus armas a los pasajeros y todos nos mantuvimos en silencio, hasta que el miedo hizo su aparición y no pudimos evitar retorcernos de angustia en nuestros asientos.
El terrorista que se encontraba en nuestro vagón se dirigió a nosotros y nos comunicó que eran miembros de una banda armada, revolucionarios que luchaban por los derechos humanos. Algo que nos produjo un sentimiento de repulsa, pues no entendíamos cómo gente que luchaba por los derechos humanos podía secuestrar un tren y a sus pasajeros amenazándolos con la muerte.
Pero argumentaron que miles de seres humanos morían cada día por culpa del imperialismo y que unas vidas más no importaban ante las estadísticas de los que manejaban el mundo. Eso fue lo que nos dio algo de esperanza y nos mantuvo con ánimos frente aquellos forajidos.
La noche pasó lenta, el revisor repartía café por todos los vagones dando ánimos a todos los que allí se debatían en una angustia que no les dejaba ver cuanta verdad encerraba aquella prisión.
Malena se levantó de su asiento y se dirigió al secuestrador, diciéndole que desde ese momento quería estar al lado de ellos, yo hice lo mismo y en menos de una hora todos los pasajeros eran miembros de un comando que quería liberar al mundo de la injusticia.
El sol fue apareciendo y sus primeros rayos se filtraron a través de una de las ventanillas, por la radio pudimos escuchar el discurso del Presidente, que nos decía que haría todo cuanto estuviera en sus manos para liberarnos. Pero qué lejos estaba él de saber la verdad, una verdad que todos mantuvimos oculta, allí todos desempeñamos nuestros papeles a la perfección, unos éramos los secuestrados y otros los secuestradores, como si de una obra de teatro se tratase, claro que todos estábamos libres y allí nadie moriría.
Los miembros del comando redactaron un informe con todas las condiciones que el Gobierno debía de cumplir.
Todas eran peticiones para que se respetaran los derechos humanos, para que la injusticia que existía en el mundo acabara, y el Gobierno debía organizar una reunión urgente de todos los Estados y presionar a los Gobernantes para cumplir todas las resoluciones, sin que hubiera excepciones para ningún país.
El gobierno recibió el informe, pero no hizo nada de lo que en el se pedía. Reunieron al grupo de especialistas, en secuestros, de la policía, crearon un plan y tres días más tarde estaban dispuestos para liberar a los rehenes que, en este caso, no eran rehenes sino aliados de los terroristas.
Aquello nos puso las cosas difíciles y el comando se reunió para decidir qué hacer, decidieron que algunos de los allí secuestrados serían liberados, se optó por voluntarios, primero fueron cinco niños y sus respectivos padres, los que decidieron dar el primer paso.
Una vez liberados su función sería intentar convencer al gobierno de que cumpliera lo exigido, pero el gobierno hizo caso omiso. Los medios de comunicación pusieron su granito y desplegaron todos los reporteros en busca de carnaza para vender más. Lo que hizo aún más difícil que se llegara a un acuerdo, y los que allí estábamos de acuerdo para presionar y hacer el papel de rehenes, no entendimos nada hasta que tres días más tarde el grupo de especialistas tomó el tren sin contemplaciones.
En menos de media hora habían matado a los secuestradores y a más de cien rehenes. Malena y yo pudimos escapar saltando al exterior y ocultándonos en unos matorrales. El miedo nos hizo correr y para cuando cayó la noche ya estábamos a salvo refugiados en aquel caserón que habíamos visto al principio de aquella aventura.
Días más tarde nos encontrábamos en un pueblo disfrutando de su ambiente rural cuando, en el bar de la pensión donde nos hospedábamos, vimos por televisión la noticia del final del secuestro. Los cuerpos especiales habían asesinado a ciento cincuenta personas, los demás salieron ilesos, aquello fue una escabechina, pero el gobierno dijo: con los terroristas no hay piedad, ni negociación que valga. Los derechos humanos se fueron a la mierda y el estado se colmó de laureles y las encuestas sobre el partido que gobernaba lo dieron como ganador si en ese momento se celebraban elecciones.
salvador moreno valencia

viernes, 22 de junio de 2007

El pez, la boca del pez…

Una mujer cierra un ojo, y,
como un guiño se cierra el sol.

Todo parece igual, y,
tan monótono, que,
incluso,
aturde esa perseverante monotonía.

El pez, y,
un sonido como el eco del agua…

Con esa propiedad que parecen tener las aguas,
estancas;
reverberan en ella los sonidos
pareciendo venir de un lejano abismo:
azules charcas,
renacuajos evolucionados.

El pez, y,
de nuevo el ojo guiño de mujer…

Misterioso, quizá,
el placer deformado
de poseer lo ajeno.

Una sutil diferencia,
en la preferencia
de un cuerpo donde narrar
bellos capítulos de amantes emboscados…

…O componer horas
de dulces caricias sobre muslos cálidos, y,
puntiagudos montes
que asoman, a su estancia de placer;
deseos torcidos en los profundos pliegues
de un ojo guiño de mujer…

Fragancias aireadas,
escogidos pétalos,
azules hojas, -ojos- o,
rojas…
Una esencia que se adentra
en un punto exacto
como punto g de la consciencia…

salvador moreno valencia©

domingo, 17 de junio de 2007

Sin ases la baraja


Jugar fuerte, me dices que cambiemos de baraja ahora que la partida no ha hecho más que empezar. Siempre he sido luchador nato y he apostado tantas veces y tan fuerte y otras tantas he perdido en la baraja mis días y mis noches que no encuentro el modo de cambiar de juego, ni de naipes. Es mi mano y seguiré apostando fuerte pero sin faroles pues esto no es una partida de póquer.
Déjame llegar a tu puerto frío
Déjame calentarlo con el viento de mis velas,
Déjame anclar mis días y mis noches en tu amanecer.
Déjame que yo también te lleve en el bolsillo
Donde la realidad se confunde con los sueños y no somos más que dos estrellas que lejanas se sienten y se dan calor.
Déjame encender tu hoguera y calentaré tu tristeza, tu...
Quiero aun en la distancia, estar a tu lado en esas horas en que la señora de la luz eterna, se acerca a tu padre, para llevarlo a un lugar donde no tendrá más sufrimiento, estaré a tu lado en esos días y si tus noches se oscurecen antes no dudes en llamarme, quisiera encender la luz para que brille en tu interior.
Piensa que mi mente está a tu lado en los momentos de oscuridad y luz.
Déjame que te baje el sol, para que llene de luz tu lado oscuro.
Déjame que te abrace en la distancia, será el abrazo más fuerte.
Déjame que sienta tu latido en mi espalda.
Déjame que sienta tu respiración tan cerca que crea que es la mía.
salvador moreno valencia©

sábado, 16 de junio de 2007

Mi ciudad


La ciudad que sueño, es un cúmulo de hojas sobre frondosos árboles que se miran en una extensa alfombra de hierba y tierra donde florecen alegres mariposas.
Un lugar donde los seres humanos pasean con calma y aman sentarse bajo los sauces a contar historias felices de antes.
La ciudad que anhelo es un lugar donde el único sonido estruendoso que se oye es el que hacen las abejas y abejorros, junto a las ranas, pájaros y otro variado catálogo de sonidos animales.
La ciudad que veo desde mi puerta, siempre abierta, es un jardín de bicicletas del que fueron expulsados los coches hace mucho tiempo.
La ciudad que siento nacer en mi alma está formada por cientos de niños que alborotan, jugando y riendo felizmente.
La ciudad que habito en mis sueños tiene pensamientos de amor por farolas, y caricias suaves por aceras.
La ciudad en la que estoy ahora mismo carece de artificios inútiles…
En la ciudad que sueño siempre hay un gato contemplando la luna...
¿Cómo es la ciudad que tú sueñas?

salvador moreno valencia©

miércoles, 13 de junio de 2007

Si yo fuese Paris Hilton

Mientras la pobre Paris era “secuestrada” por la ley estadounidense, el mismo presidente de este descomunal país, se negaba a firmar el protocolo para evitar la emisión de gases a la atmósfera. Pero, sin embargo, para, por según, que medios de comunicación, esta noticia carecía de importancia, relegada a un segundo plano por la triste muestra del excentricismo de una rica que no sabe qué hacer con su vulgar vida.
Si bebes no conduzcas.
Salvador moreno valencia

martes, 12 de junio de 2007

Turismo sol y ocio.



Cuando seas mayor qué serás
Explotador.
“Viaja al sur, sol y ocio
Sangre y sudor”.
Túmbate en tu linda toalla,
Toma el sol.
En el sur sol y ocio
Por un módico precio.
De nueve a once horas de trabajo,
Salario mínimo.
“En el sur sol y ocio.
Sangre y sudor”.
Toma el sol
Túmbate en tu linda toalla.
Cuando seas mayor qué serás
Esclavo del turismo
Sol y ocio
Por un módico precio.


La vida es joven

Pesa tus cuartos
Mide las horas
Grita, grita, grita
Mueve tus pies
Bebe cerveza,
Ponte de pie.
Grita, grita, grita
I ´am derroche
I ´am money
Grita, grita, grita
No somos comunistas
Somos artistas.
Grita, grita, grita
No somos idiotas
No me toques las pelotas.
Grito, grito, grito
Peso mis cuartos,
Mido las horas
Grito, grito, grito
Bebo cervezas
Y olvido que soy
Algo más que
Un puto joven tirado en la acera.
Grito, grita, gritas, gritos


Una canción de amor.

Mira sus piernas,
largas, diablos condenados,
Como esclavos.
Mira sus ojos,
Pozos negros,
Fuel, fuel, fuel,
Cada vez que mueve sus caderas
Fuel, fuel, fuel,
Contamíname, marea negra.
Por un dólar
Fuel, fuel, fuel.
Mira sus labios,
Grandes tentáculos
Que te succionan,
Fuel, fuel, fuel
Mira sus pechos
Como navajas erectas
Fuel, fuel, fuel.
Por un dólar.

Transitando el tránsito

Siglo 21
Que te den por...
Trabajo y trabajo
Vendo sueños caros
Escaparates nuevos,
Ya es primavera
Las rebajas que llegan
Vendo sueños caros
Escaparates nuevos
Y tú pagas cara
La esclavitud disfrazada.
Vendo sueños caros
Escaparates nuevos
Ya es verano
y otoño
Vendo sueños caros
Escaparates nuevos
Ya es invierno.


Ignorando la miseria

Tengo una dieta
Perderé algunos kilos de más
Tiro la comida
Muertos de hambre
No habrá.
Voy a perder uno kilos
Compro un traje
Caro, caro, caro
Y el arroz ni lo pruebo.
Tengo un traje,
Caro, caro, caro,
Ignoro la miseria,
Porque no la puedo ver
Me da alergia.
Caro, caro, caro.

Vivo en tres dimensiones
Sueño en cuatro
Garabato.
Tu aliento me infesta
tu culo me apesta,
marine vete a la mierda.

No me vengas con tu cuento
Muñeca,
Que no podrás convencerme
Muñeca,
En la acera
Flores muertas
Muñeca,
Y tú con venas abiertas
Muñeca.
Doy un paso y no sé adónde
Preciosa
Salgo y entro
Muñeca
Y no te encuentro.
No me vengas con tu cuento
Muñeca
Flores muertas
En la acera
Preciosa.

Que no te rompan los sueños
Son tuyos y te pertenecen
Haz con ellos lo que quieras
Pero, no, no, no te dejes atrapar
Intentan engañarnos y
Atraparnos
Ya somos más indios
Olvidaos
Y muertos.
Que no rompan tus sueños
Te pertenecen.
Que no te atrapen, atrapen, atrapen.

© Salvador Moreno Valencia

sábado, 9 de junio de 2007

Me parece odioso

Me parece odioso oír de boca de un señor- que fue acogido hace unos veinticinco años por este país, en el que actualmente vive y tiene su empresa- que todos los españoles somos iguales a la hora de trabajar, que contamos las horas echadas, que no dejamos pasar ni una extra gratis, y, que nos damos de baja en caso de estar enfermos.
No sé si podría definirse como xenófoba su actitud, yo diría que sí, sobre todo y esta es la máxima del pensamiento de este inmigrante, que defiende que se deben cerrar las fronteras para que dejen de acudir extranjeros a este país. El colmo de la estupidez.
Este tipo de personas y muchas otras que viven en España como cualquier español más, siguen difamando a los que, si duda, le han abierto la puertas, con ese maravilloso carácter de hospitalidad que todos los españoles tenemos, aunque contemos las horas que echamos en el trabajo y no le regalemos ninguna a la empresa.
Salvador Moreno Valencia

Los empresarios hosteleros dispuestos a hacer su agosto.

Empresarios, en su mayoría, propietarios de bares, restaurantes y chiringuitos de Fuengirola, contratan una gran parte de personal sin papeles.
La demanda es superior a la oferta y por consiguiente, se llevan a cabo, actitudes de explotación, pagando, por ejemplo, ochocientos euros por mes, que en algunos de los casos puede llegar a mil. Pero las condiciones de trabajo, están muy lejos de estar de acuerdo con las leyes establecidas (en primer lugar se incumple la ley no dando de alta a este tipo de trabajadores, por la falta de documentación). Jornadas de diez y once horas, un día de descanso a la semana, y en algunos casos ninguno.
Nadie protesta, nadie dice nada, entre otras cosas, porque los que aceptan dichos trabajos vienen para la temporada y al carecer de documentación no pueden exigir que se respeten sus derechos como trabajadores, simplemente quieren trabajar y ganar unos euros.
De cada diez contratados/as, al menos, y este dato lo he constatado, haciendo una investigación exhaustiva, siete son de origen extranjero, entre los/as que podemos hallar: Pakistaníes, Chilen@s, Argentin@s, Paraguay@s, y otras nacionalidades.
¿En qué repercute esta situación al resto de demandantes legales? En que sólo una minoría será contratada para mantener a los inspectores de trabajo alejados, y, por supuesto a los agentes de extranjería. Con lo que la explotación laboral está asegurada para otra temporada vacacional.
En éste caso se acrecienta la insolidaridad entre los demandantes y la competitividad hace estragos con los residentes o con los que tienen todos sus papeles en regla.
Los beneficiados, una vez más, no son otros, que los propietarios de los citados establecimientos.
Todo esto cambiaría si se legalizasen los demandantes, que por supuesto tienen derecho a optar a un puesto trabajo, pero que sea digno; entre todos podríamos acabar con la explotación laboral y el tráfico de personas sin papeles.
Salvador Moreno Valencia.

viernes, 1 de junio de 2007

La palabra



La palabra, a veces, enturbia la razón: al menos, muchas otras, no la aclara lo suficiente.

Se confunden los objetos como si fueran hombres, enajenados, hombres y mujeres,
que en sus racionalidades, no atisban a ver tanta mentira.

Dulce aroma de silabas sedientas de bocas, palabras en besos expresadas por la tierna y dulce boca de los silencios.


Miro los objetos, ahí, a mi alrededor, como si, acaso, no hubiesen estado jamás, ahí; no obstante, ellos, seguirán ahí, perdurando al tiempo; yo, sin embargo, desapareceré una vez transcurrido mi tiempo.

Cerrarán los ojos las piedras, las bocas los árboles y dejarán de respirar las montañas, y, un eco lejano vendrá a sustituir el silencio de la no existencia.

Siempre he luchado, por creer, de algún modo, en lo que veo y en lo que oigo; pero se acrecienta la duda y la contradicción en mí y con ello, cambia la perspectiva de los objetos en esta realidad incierta.

¿Cómo lo de arriba viene a estar abajo y viceversa?
Cuando piso sobre la acera desnuda recuerdo las flores, la hierba, y, luego, algo más tarde, tus labios que me hablan sin moverse de flores, de árboles, de hierba que existieron en otro tiempo.

¿No es la vida una eterna huida de nosotros mismos hacia nosotros mismos?
¿No somos desconocidos para nosotros mismos?
Nunca encuentro al que fui, tan sólo, hace un instante.

El mar a la hora azul de los viejos amigos.
Confraternizamos en horas de cocina y vino.
¡Viejo amigo!
¿Por qué tanto te ausentas?

En la espera, un silencio
en profundo azul:
¿Qué espero de la vida?
¿Un paciente y justo amanecer?
¿Una sonrisa de tus labios?
Mi vida entera en tus brazos:
Tiernos y suaves retoños de primavera.

Abrazos son los sueños,
enredaderas tus manos
que suben por mi espalda
queriendo atrapar
el cabello de mi tiempo.
Solitario tallo que trepa
Y me hace cosquillas
en primavera.

© Salvador Moreno Valencia

miércoles, 30 de mayo de 2007


Leer mi libro de visitas

El año de gato



El mundo está en manos de unos fanáticos que encima se creen elegidos por dios. No sé qué dios podría elegir a unos desalmados como estos, pero probablemente, el único, que para ellos existe, es el que se atreve a nombrar a esos locos defensores de la justicia divina. Y como se toman todo al pie de la letra, parece que no auguran, precisamente, un mundo en Paz y Feliz, todo lo contrario.
Y da qué pensar sobre todo cuando en boca de ellos suenan palabras sobre el advenimiento del final de los tiempos.
Esperamos, el resto de los seres humanos, que todos nos podamos unir en contra de esa desalmada y desquiciada caterva que se cree elegida para exterminar a otros seres humanos.


No deberíamos aceptar esta barbarie, ni la guerra, ni la venta de armas o bombas racimo; Los que dicen querer acabar con el terrorismo y los terroristas no se comportan de manera muy distinta a estos; no sé qué podremos contarles a las generaciones venideras cuando descubran que sus antecesores no hicieron otra cosa que destruir el planeta, matar a sus prójimos sin otro objetivo que el de la posesión del poder y de los recursos.
Que lluevan bombas racimo sobre las ciudades de los países, llamados civilizados, pero que sean las bombas de la conciencia, de sus conciencias que se revelen contra esta vorágine de absurdas guerras.


Estaría muy bien que nuestro Gobierno llevase a cabo lo que los firmantes piden. Aunque creo que EEUU y su aliado en la zona de Oriente Próximo, no van a oír a ningún Gobierno, tachando de comunistas, con toda probabilidad, a los que osen criticar sus acciones. Pero no nos ha de extrañar, ni los planes de EEUU y su socio en Oriente, ni los de EEUU y los cubanos de Miami; que no tendrán escrúpulo alguno para, de igual modo, que no respetan la soberanía de los países de Oriente, no respetar la de Cuba en el momento en que Fidel Castro desaparezca.
Estamos presenciando la punta del Iceberg del Imperialismo capitalista y fascista que nos quiere meter, y nos está metiendo, a todos, los chivos en el corral.

© Salvador Moreno Valencia

martes, 29 de mayo de 2007

DECÁLOGO CONTRA EL DESALIENTO



1º: El problema que me aflige puede no ser tan grave como lo veo en este momento.

2º: Puedo cultivar mi voluntad y seguir adelante.

3º: Puedo valorar las cosas bellas de la vida, aunque hoy esté pasando un mal momento.

4º: No vale la pena amargarse por cuestiones pequeñas; me quitan tanta energía como las más importantes.

5º: Tengo capacidad y constancia puedo superar el mal momento.

6º: Siempre existirá quien me quiera bien y me comprenda.

7º: No hay nada más importante que mi salud y debo cuidarla.

8º: No permitiré que nadie debilite mi fe y mi optimismo.

9º: Dejaré de preocuparme por lo que realmente no tiene solución.

10º: No regalaré mi tiempo; tengo cosas muy importantes que hacer.

En la vida siempre hay un camino para llegar a la meta; ¡Busquémoslo!

lunes, 28 de mayo de 2007



“Psiquiátrico busca locos que quieran cambiar el mundo”

Dice Alejandro Jodorowsky que para ser hay que ir por donde no se es:
¿Soy más yo sin ser mi ajeno en el espejo de la realidad?

domingo, 27 de mayo de 2007

Restos I


Yo soy un resto, de una pierna y
de unos brazos,
de unos labios y
unos ojos.

Yo soy el náufrago
que se estrella cada noche
en esas playas de blanca arena.

Yo soy pedazos rotos
de una esperanza.

La barca se hunde,
caemos a un inexplicable vacío
donde reina una tenebrosa oscuridad.

Yo soy el sol de rayos encendidos.

sábado, 19 de mayo de 2007

ELECCIONES MUNICIPALES

Ya están próximas las elecciones municipales y por tanto se abre la veda para cazar votos. Ahora nos llenaran de programas, de gratas manifestaciones y todos los políticos se empolvaran la nariz para que no podamos ver, realmente, lo que tras ellas se esconde.
Pero la mayoría de grupos políticos se dedicaran a desprestigiar a los aspirantes al poder y a los que ya lo poseen, a estos, a los que más se intentará desprestigiar. En lugar de presentarnos un programa político digno y efectivo.
Claro que, dignos y efectivos serán todos, sobre todo a la hora de captar los tan apreciados votos que otorgan el poder y con él lo que ya todos sabemos. Pero una vez pasadas las elecciones y conseguido el propósito, la mayoría de los programas caerán en saco roto y a lo máxime, pondrán en funcionamiento el primer punto, el más esencial de todos los puntos del programa, que en los mítines ha pasado desapercibido, el aumento de sueldo para los elegidos.
Muchos de los políticos castigaran sus cuerdas bucales hasta quedar afónicos, con tal de convencer a la ciudadanía y a los asistentes a sus ostentosos mítines. Pero el esfuerzo merece la pena, pues si consiguen EXCMO poder, tendrán por bien una remuneración en sus ya castigadas cuentas.
Lo más triste es que durante cuatro largos años, los que están en el poder y los que están en la oposición, no han hecho nada o casi nada, pero ahora cuando apenas faltan dos meses para las elecciones, comienzan los arreglos de calles, carreteras y muchas otras cosas que deberían de haber realizado durante su estancia en las ya citadas poltronas.
Para este caso voy hacer alusión a la ya tan famosa frase: “La mona aunque se vista de seda, mona se queda”.

martes, 24 de abril de 2007

Nadin

Querida Nadin:
Quisiera, de algún modo, hacerte llegar estas letras. Lo que ocurre es que no sé el modo. A no ser que ponga carteles en las esquinas con mensajes que contengan tu nombre y mi mail por si decides, si los encuentras, escribirme.
Ni siquiera sé dónde puedo encontrarte.
Nos habíamos cruzado varias veces en la calle, donde suele cruzarse la gente corriente, las personas de a pie. Sin saber por qué compartimos miradas cómplices, sonrisas incitadoras llenas de júbilo. Un lenguaje sin palabras pero lleno de vida…
Entre aquella multitud nosotros éramos dos náufragos compartiendo la misma isla. Tú y el perro que tiraba graciosamente de ti. Yo y mi ausencia.
¡Ah Nadin! Era noche vieja cuando pudimos hablar por primera vez tras aquellos cruces de caminos. Tú y el perro, yo y mi ausencia, cruzándonos, hora en una esquina, hora en una calle, hora en un semáforo. Cuando te acercaste a la barra con tus amigos, no lo dudé, estabas tan cerca, y te dije todo lo que pensaba sobre nuestras miradas y sonrisas furtivas cuando nos cruzábamos en la calle. Fue grandioso comprobar que tú me recordabas de la misma forma que yo a ti. Tú y yo entre miles de personas. Islas.
Nosotros náufragos en una isla común compartiendo el espacio de las sonrisas, las caricias, los abrazos, los besos, los pensamientos, los sentimientos…
Pero mi torpeza hizo que mis oídos se cerraran, por la emoción de estar frente a ti y mi lengua, presurosa, se soltara ansiosa por hablar. Hablé demasiado mientras tú escuchabas sonriente. Olvidé todo lo que dijiste e incluso lo que dije yo fue a caer al ruinoso olvido oxidado por los efectos del etílico.
Demasiada emoción para un final de año; más copas, otros lugares, sin ti. Nos despedimos tras mi monólogo estúpido, pero…
Cómo no me iba a comportar como un niño inquieto ante tus profundos ojos negros. Cómo no caer rendido ante tus pies, ante tus labios sonrientes de rosado manjar digno de dioses.
-La próxima vez que nos veamos en la calle no dudaré en hablarte-, dije con la determinación del general que ha ganado una batalla.
-Por supuesto, yo también lo haré-, respondiste tú con tu cálida sonrisa y tus ojos brillantes.
-¡Hasta pronto!
-¡Ciao!
Yo seguí en compañía de mis amigos y tú de los tuyos. Dos islas acariciadas por diferentes mares. En aquel preciso instante habíamos dejado de ser islas, para convertirnos en veleros que navegaban, soplados por vientos distintos, guiados por timoneles que gobernaban, sobre el timón de nuestro destino, ajenos a nuestras voluntades.
El destino podía ponernos de nuevo el uno frente al otro en alguna calle, en alguna esquina de la ciudad donde habitábamos, incluso, viviendo tan cercanos, tan ajenos a nosotros mismos. Dos calles más arriba o más abajo. Sí, quizá, el destino volvería a unir nuestras velas sopladas por el viento de nuestras bocas deseosas de besos. Deseos de besos olvidados en confundidas lenguas babélicas.
La noche primera de dos mil siete transcurrió como transcurren la mayoría de fiestas de fin de año. Inaugurado quedaba el año cargado, como todos, de buenas intenciones, ilusiones y esperanzas para muchos y lo contrario para tantos otros. Porque el equilibrio ha de sopesarlo la balanza de lo positivo y lo negativo.
Amaneció el dos mil siete sin ti como tantos otros años habían amanecido con tu ausencia. Te recordé tan grácil con tu perro que seguiría tirando de ti con la alegría y chispa que caracteriza al animal feliz.
Sin tu presencia el día era otro cúmulo de rutinas y quehaceres forzados. Habías desaparecido pasando a formar parte de mis recuerdos. Llegó a tal grado mi desesperación, que incluso, pensé que no habías sido más que producto de mi imaginación, una treta urdida por mi mente buscando una salida, una puerta, un soplo de aire fresco que despejara mi mente como se despejan las noches de primavera dejando al descubierto un cielo radiante de estrellas.
La necesidad del amor era para mí acuciante. Moría, sin saberlo, por dentro, pero era por no tener amor. Ese amor hecho de pasiones, de caricias, de corazones ardientes, de abrazos, el amor propio de amantes enardecidos dispuesto a quemarse en sus llamas, las del amor vivo y fuerte, lleno de pureza…
Sí, o eras un producto de mi imaginación o realmente el destino me volvía a gastar una broma macabra, como dice la letra de cierta canción de Joaquín Sabina.
El día uno de enero me levanté algo resacoso y la primera imagen que vino a mi mente fue la de tus ojos y el momento en que por primera vez hablamos, quizá por última; todavía no he perdido la esperanza de encontrarte, incluso hoy, que he decidido escribirte ésta carta, cuando ha pasado tanto tiempo desde aquel encuentro, y no nos hemos vuelto a ver.
Noche vieja, fiel locura acompasada con copas de champagne y licores espirituosos, música y baile. Ojos egipcios pintados en rostros de color canela, dulces manjares, labios de fresa temprana y noches viejas embriagadoras.
Viejo lamento tras la incertidumbre que produce un día festivo de bailes y de copas y desprendimiento de los perjuicios. Tristeza que emerge del fondo de las entrañas como un mar sediento.
Tus ojos de repente clavados en los míos. El ayer perdido como perdiera el reino aquel Segismundo. Quizá la vida no sea más que eso, sueño. Tus labios desaparecidos en las horas del alba. Tus ojos confundiéndose entre los miles de ojos de transeúntes ensimismados. En la calle todas las miradas me parecían la tuya, sin duda, no lo eran. Ni tus labios aparecían ante mis ojos, ni tu grácil soltura al caminar asiendo la correa del perro que tan felizmente movía su rabo en tu compañía.
Llegué a envidiar a tu fiel compañero. No podía verlo, ni acariciarlo para poder hacer lo que tú, estar dentro de tu ámbito, de tu cotidianidad, quizá, exasperante, a veces, como lo es para el resto de los humanos.
Ya van hacer dos meses desde entonces. Todos los días salgo con la esperanza de volver a verte, sonreírte y hablarte… Pero nada indica que vaya a ocurrir el milagro.
-¡Hola Nadin, cómo me alegro de verte!
-¡Hola Dediegos cómo estás!
Invento diálogos y quisiera acariciar el lomo de tu fiel lazarillo que mueve feliz el rabo al verme. Lo he bautizado con un nombre, quise llamarlo Eros, pero me pareció algo cursi, una cursilería propia de un chico, de quince años, enamorado, locamente enamorado, así que he decido llamarle Zeus.
¿Enamorado? ¿De quién? ¿De un recuerdo idealizado? De una imagen que se va diluyendo con los días vaporosos de este mes de febrero donde el cielo plomizo entristece mi alma, donde la lluvia parece haberse instalado, a pesar de ese dichoso cambio climático. Lluvia, lágrimas de Eros que duerme desnudo en los caminos y en las puertas de las casas y que es siempre pobre. ¡Ah Eros!
He ideado mil acciones para encontrarte pero ninguna acaba por convencerme, soy demasiado convencional, estas ideas son el resultado de la incertidumbre que sufro por no hallarte.
Pero cómo pegar carteles con tu nombre en las esquinas, cómo voy a dejar un detalle tan importante abandonado al albedrío de otras personas que no dudaran en llamarme para burlarse de mí. Y si tú lees un mensaje de estos en una pared, por ejemplo, de tu calle, qué pensarás sino que soy un loco, e incluso puede que te de miedo pensar que anda alguien poniendo tu nombre en las paredes, interesado por ti. Probablemente no dudarías en ponerlo en conocimiento de la policía. Me llamarían, harían averiguaciones sobre mi vida, me tratarían como un obseso...
¡Ah Nadin! Cuánta incertidumbre. Si yo fuese como Ameli de Mon Maitre, eso sería genial. Te buscaría con artimañas de película. Sería divertido pero no dejaría de verse, por ajenos ojos, incluso, por los tuyos, como una locura.
Así que no me atrevo a desafiar al dichoso destino. Sueño con tus ojos, con tus labios, con tus dulces palabras, con tu suave tono de voz, con tu cálida sonrisa…
Te añoro y te echo de menos. ¡Ah Eros! Cuan desgraciado me has hecho a la vez que me congratulas con la esperanza de la dicha de volver a encontrarla.
¡Nadin! Sin haber sido tuyo te he perdido. Cómo sufrir la desesperación que produce pérdida tan grande. ¡Un amor imposible! El platónico amor que quedará relegado para siempre en mi memoria, la ausencia de la dicha.
Necesito de caricias, de abrazos, de tus manos suaves donde se vislumbra el azulado hervir de tus venas que hacen latir tu corazón, cuánto daría para que latiese junto al mío.
Vida de mi vida, de la tuya, de la nuestra, isla de éste náufrago, taberna de éste marino errante.
Veleros azotados por la ira de Eolo surcan mares distintos, destinos cruzados una mañana fría de otoño, donde las hojas doradas estaban creando un crujiente manto de espinas para el olvido.
¡Nadin! Tú en los amaneceres, en los atardeceres; en las negras nubes que amenazan con descargar sus vientres de agua sobre pobres infelices solitarios. ¡Nadin! Tú en la lluvia de ésta tarde en la que contemplo, un sol brillante asomarse entre las nubes; durmiéndose entre sus algodones de agua mi mente para soñar contigo.
¿Nadin dónde estás? ¡Eres mi sueño!
Pego carteles sobre las paredes húmedas y sedientas de sol, el óxido del tiempo se enreda en los pliegues de un folio blanco garabateado con un mensaje y un mail.
En ésta ciudad babélica, llena de náufragos que buscan sus islas como yo busco la mía, deambulo divagando pensando en ti.
Islas desiertas, desconocidos mares.
¿Serás tú, por fin, mi isla, Nadin?
¡Ah Nadin!
¡Espejismo en la arena!
Mail: dediegos@hotmail.com


Fuengirola 03 de febrero de 2007

Dediegos Gracia García

© Salvador Moreno Valencia

jueves, 19 de abril de 2007

Veinte traguitos de olvido.

Adivina qué ciudad y qué personajes se esconden en las líneas de este relato.

Lo encontré una noche, una de esas noches infinitas de lluvia y viento, en una taberna oscura de cuyas paredes emanaba un rancio olor a vino de barrica, y, a serrín mojado, convidado con el característico y repugnante hedor que provenía del único excusado existente, una taza turca tras una puerta desencajada.
Estaba, con la cabeza hundida como si un avestruz anidase en él, en el rincón del pequeño mostrador tras el que el tabernero mostraba su sabiduría añeja, despachando el vino a granel o en pequeños vasos que él había bautizado como traguitos de olvido. -¡Ande amigo, tómese un traguito de olvido, alimenta el alma y ahuyenta las penas!
De vez en cuando el hombre hacía un movimiento como mecánico para tomar un traguito de olvido, que según el tabernero, era el décimo segundo de la noche, y, añadía el bodeguero una coletilla algo burlona: -hasta los veinte no olvida sus males el condenado, y es cayendo al suelo sin consciencia, entonces yo lo levanto como cada noche que viene y lo pongo en la calle orientándolo hacia el suroeste, hacia el mismo lugar en donde se encuentra la entrada de la plaza de toros cuyo ruedo circular es de los primeros que se construyeron, y, él, sin saber cómo o por medio de qué arte o magia se pone en marcha dando tumbos y desaparece por la esquina de la casa de empeños.
Del modo que narraba el tabernero sucedió lo que sigue: El tipo una vez hubo consumido en que hacía el número veinte de sus traguitos de olvido cayó al suelo, fue puesto en pie y orientado su rumbo se puso a caminar como un velero en una mar encrespada. Pero ésta vez algo iba a cambiar en su paseo, yo lo iba a seguir para descubrir a dónde se dirigía, o al menos, hasta dónde llegaba, que por su estado observé que no sería muy lejos.
Yo derecho y el zigzagueando, y, tal y como lo había vaticinado el tabernero, el hombre torció a la izquierda en la esquina de lo que era una casa de prestamos, dirigiéndose hacia el este dejando la plaza de toros a su derecha, luego se asomó como un fantasma un edificio de tres plantas entre la plaza de toros y una casona, en su fachada un cartel identificaba aquella aparición como el teatro, haciendo éste junto la plaza de toros una peculiar pareja arquitectónica.
El personaje tambaleante se detuvo quedándose prácticamente inmóvil, casi clavado en el suelo, justo en el inicio de una calle a su izquierda, en ella corría el viento helado del norte y allí donde el tipo se había detenido, empezaba o terminaba la vía en la que dormían, en los escaparates, los maniquíes el sueño de los transeúntes hasta despertar con sus ojos al día siguiente.
El hombre hizo un movimiento con la mano derecha y con ella la señal de la cruz cruzó su rostro, se escuchó un sonoro amén en el silencio de la noche lluviosa y ventosa. Yo lo seguía a unos treinta metros, me detuve para no ser descubierto, aunque dudo que en aquellos momentos, el tipo tuviese alguna noción de la realidad circundante.
Volvió a reanudar el paso con sus peculiares balanceos hacia el sureste. Cuando llegué al punto donde éste se había detenido, descubrí el motivo de su signo de la cruz, sobre la pared de una casa señorial había un mosaico de una imagen de una dolorosa y de un nazareno. Era tradición y superstición hacer la señal de la cruz ante las imágenes de santos o al pasar por delante de las casas de dios.
La fachada que albergaba los azulejos pintados con la virgen y el nazareno debía pertenecer a algún miembro de una cofradía, de las que la población tenía el orgullo de tener varias de gran devoción entre el pueblo, de hecho tenía hermandades para representar todos los pasos que sufriera el predicador hasta llegar a su escabrosa muerte.
Sigamos con el peculiar bebedor de traguitos de olvido que hizo una nueva penitencia como si fuese en procesión con los cantores de la aurora, ésta vez la parada la hizo en una plaza en cuyo centro se alzaba el busto del que fuera embajador en Roma y que llevara el peso de las negociaciones para restablecer las relaciones con la Santa Sede. La plaza que albergaba la faz del ilustre había llevado por nombre el mismo que muchas de las plazas de la nación que las albergaba en una grande y libre…
El hombre alzó la mano derecha abierta y gritó lo que podía ser un viva, pero su estado de ebriedad le imposibilitaba la correcta pronunciación de las palabras. Así que el grito sonó como un rugido entre gatuno y perruno. Bajó la mano y haciendo el acto de firmes golpeó con ella su muslo derecho. De nuevo reinició su andadura por aquellas calles en la noche que se precipitaba oscura e impenetrable en una niebla densa en la que se veían, parpadear, trémulas, las farolas en sus atalayas.
Cruzamos un puente, pero me fue imposible distinguir el abismo debido a la niebla que se cerraba no dejando ver a más de tres metros. Me fui guiando por el oído y seguí el sonido de los pasos de veinte traguitos. El viento racheado disipaba en ocasiones la intensa niebla y como si de un teatro se tratase y al alzar el telón vemos el escenario, yo veía al tipo que seguía tambaleándose para volver a perderse en el celaje.
El empedrado de la calle me daba la certeza de encontrarme en una calle antigua, por la que en otro tiempo cabalgaran carrozas y caballos. Los sonidos se amplificaban por la estrechez de la calle, e incluso, podían oírse los ronquidos de los felices durmientes que platicaban a esas horas con Morfeo.
Seguía los pasos y el sonido que iba dejando la respiración entrecortada de mi antecesor, de vez en cuando podía distinguir entre los claros de niebla un destello de luz, una llamarada que iluminaba el rededor del personaje, y era que mi perseguido encendía un cigarrillo porque el aire limpio se llenaba del aroma del tabaco negro que se esparcía entre la penumbra y la cal de las paredes.
Alguna ráfaga de viento me traía el perfume de sexo consumado, de rancio jazmín y de dama de noche, y, nuevamente, la figura de otro insigne de la ciudad laureado, aparecía en una plaza, esta vez una pequeña plaza albergaba el homenaje al ilustre que afinaba una cuerda más en la guitarra y había deleitado a la aristocracia con sus maravillosas octavas. Frente a éste, otro laureado a título póstumo, como es natural en este mundo de “vivos”, que dejaba su esencia de trementina y óleo colgada de las paredes de lo que en otro tiempo fuera escuela de curas, dedicada a acoger a niños de campesinos, más tarde convertido en colegio público en cuya ala oeste sonaba, en las tardes, el sonido de una composición musical que por la torpeza de su ejecución, nos indicaba que estaba realizada por algún alumno del conservatorio de música, obsesionado con Mozart u otro músico iluminado.
De repente la calle se hizo más estrecha, tanto que se podían tocar con las puntas de los dedos, extendiendo los brazos, las paredes que cerraban en su interior los dos museos, que uno frente al otro ofrecían distintos alicientes a los curiosos viajeros.
La niebla la terminó disuadiendo el viento y las calles se ofrecieron en su quietud mortecina iluminadas por tenues farolas que colgaban en las esquinas de las casas señoriales como lo hicieran, en otro tiempo, los faroles de gas.
Pude ver una cruz en el centro de una plaza conforme íbamos a la derecha y en la parte trasera de una gran iglesia, llamada por los lugareños, la catedral, se situaba otra muestra de lo agradecido de un pueblo a sus figuras ilustres.
Allí veinte traguitos dirigiéndose al busto, recitó, alto y claro lo que sigue:
<En este ardiente acento
De árida plenitud
Que palpan los sentidos>>
<Cal y nube, hoy como ayer un agua furtiva
Tras cada posesión; tras cada goce
Un aguijón de cálidos beleños>>
Tras el recital el tipo siguió su marcha ahora menos desequilibrada que al principio. Al parecer, los efectos de los traguitos iban desapareciendo, a medida, que iba transcurriendo el camino. Quizá de regreso a su hogar, al menos, eso era lo que yo pensaba, y, no podía yo haber imaginado jamás, lo que iba a acontecer con el devenir de las horas.
Seguí, cada vez con más expectación, no lo niego, al personaje tan curioso que me precedía en aquel recorrido tan maravilloso como misterioso. Y fuimos a desembocar en una plaza donde los laureles se agitaban movidos por el viento, haciendo rozar sus frondosas ramas con las de los naranjos que también eran espectadores eternos de otra homenajeada, en éste caso perteneciente a la aristocracia. No hubo recital alguno por parte de traguito, sin embargo éste se sentó adoptando la posición de pensador y como en un acto de reflexión exhaustiva, encendió con ansias un cigarro. Yo me había refugiado en los soportales de la iglesia, mal llamada catedral, justo debajo de la casa del cura y de la del sacristán. A mi derecha quedaba una de las entradas situada en la torre del campanario, torre ésta que albergaba en su interior algunos vestigios de un antigua mezquita, a mi izquierda otra pequeña plaza y hacia el punto por donde el sol sale, se situaba un edificio que por el día mostraba la agitación propia de la casa del pueblo: Políticos, periodistas, contribuyentes honesto, policías…
Tras la plaza, donde los laureles agitaban sus ramas como disgustados por la presencia de la estatua de la noble, se erguía otra torre o campanario, de dimensiones más pequeñas que el que se elevaba hacia el cielo por encima de mi cabeza. Bajo el campanario de la “catedral” el reloj ofreció, al silencio de la noche, su peculiar sonido anunciando que eran las dos en punto de la madrugada.
Traguito se incorporó, dirigiéndose hacia este, como atraído por el sonido que el reloj había depositado en todos los rincones de aquel barrio antiguo. Algunos gorriones se agitaron inquietos y pronto volvieron a su reposo entre las hojas laureadas.
Bajó por unas escaleras dejando a su izquierda el tranquilo edificio que se asomaba a la plaza tras sus arqueados balcones y ventanas. A la derecha en lo alto de la torre o campanario una luz iluminaba a una virgen son su niño en el regazo.
Traguito cruzó la calle y se adentró por un callejón que lo llevó a una pequeña explanada resguardada por una muralla. Giró hacia el norte y aceleró sus pasos bajó, a grandes zancadas, por un camino oscuro y dejando a su derecha la muralla que lo acompañó hasta pasar por el arco de una puerta de corte morisco. Una vez en plano descampado quedó la ciudad a su izquierda, donde las casas asentaban sus cimientos sobre las rocas en la parte de arriba, dándoles un aspecto fantasmal y de ensueño.
Me recorrió un escalofrío, mitad miedo, mitad curiosidad, pero, incluso así, decidí seguir los pasos de mi particular guía, que bajaba con una agilidad sorprendente, y, a la vez, incomprensible. Sí, el mismo sujeto que hacía una hora se caía para los lados se había convertido en un atleta nocturno. Tenía yo dificultad para seguirlo sin perder su pista cuando tropecé y caí rodando hasta que mi cuerpo se detuvo por propia inercia al concluir la bajada. Me encontraba algo dolorido. Sacudí mis ropas de todo el forraje adherido a ellas como buenamente pude. Y sin perder tiempo eché un vistazo para ver, si todavía, traguito estaba a mi alcance.
Y sí, allí estaba sentado en el muro superior de lo que parecía ser un puente. Efectivamente, minutos más tarde pude comprobar que así era. Cuando lo vi allí agitando las piernas, pensé que el tipo iba a saltar al vacío. Pero no fue así, este canturreó algo y volvió al camino.
Estábamos ahora en los arrabales de la ciudad, a nuestra derecha corrían indiferentes las aguas del río que dividía en dos partes el pueblo, una la vieja y otra la nueva. Varios edificios en ruinas quedaron a nuestras espaldas. Cuando llegué al puente pude comprobar que desde éste podía verse otro situado mucho más arriba. Dos estilos diferentes para diferentes épocas. Una chabola a orillas del río, enseñaba infinidad de rótulos escritos a mano sobre soportes improvisados de tablas viejas, de chapas, e incluso, de restos de algún coche viejo, en ellos se podían leer las indicaciones que el propietario hacía a los merodeadores, prohibiéndoles el paso a su esmirriada pertenencia, contrariando esto con una virgen situada en lo que parecía la entrada, bajo la cual se podía leer: Bienvenidos al hogar al que se acercan.
El camino fue en ascenso y dejamos la penumbra adentrándonos en una calle iluminada por dos tristes farolas. Traguito torció a la izquierda, la calle volvió a estar empedrada y las casas, a uno y otro lado, centenarias con grandes puertas de madera y ventanas selladas con rejas de hierro. Al poco apareció una iglesia a la derecha, y junto a ésta una fuente desde la que se podía ver, al fondo, un arco de que daba entrada a la ciudad por la parte este. De la fuente manaba el agua por medio de ocho surtidores. Mi predecesor tomó un trago de agua en cada uno de ello, volvió hacer la señal de la cruz frente a la iglesia donde en la entrada se erguía una palmera buscando la torre del campanario.
La calle se tornó muy empinada y subimos, al menos yo, con dificultad. Al rato la procesión se volvió a detener, esta vez bajo unos arcos donde seres esculpidos en piedra representaban ahorcamientos y sobre sus cabezas se vislumbraba un mural de ángeles y vírgenes. El personaje volvió a persignarse y continuó el viaje. Subimos unos cincuenta metros y encontramos una plaza con iglesia. El silencio era misterioso y tanta quietud erizaba los vellos, la niebla y el viento habían desaparecido por completo.
En la plaza un busto parecía pensar en hacer cambios en la educación para crear una enseñanza libre. Observé a traguito desde la esquina. Éste se sentó bajo el busto que miraba hacia el sur y comenzó una retahíla de palabras ininteligibles.
Vaya recorrido asombroso y por supuesto lleno de belleza y misterio. Mi curiosidad iba en aumento por saber el desenlace de curioso recorrido. El tipo volvió a iniciar su andadura dirigiéndose hacia el norte. La iglesia y su entrada principal quedaron a la derecha. Y luego estuvimos en la calle principal de nuevo.
Corrieron sus pasos mucho más ágiles, no se veía ni un alma, un gato cruzó rápido y se perdió tras una ventana. Un coche a lo lejos dejó el sonido en el aire y rompió el silencio tan escabroso. Los escaparates acunaban a sus huéspedes vestidos con las prendas de moda. Uno, dos, tres, cuatro tramos de la calle peatonal y nuestro amigo decidió ir hacia la derecha donde otra plaza albergaba una fuente sobre la que dos leones y su domador miraban en extraña pose hacia el sureste. Hércules custodia la entrada al sur por el estrecho. Otra iglesia a la derecha de la plaza, y, nuevamente traguito hizo la señal de la cruz sobre su rostro. La lluvia volvió a repiquetear en los tejados. A la izquierda de la fuente se encontraba la calle donde la taberna estaba situada, el lugar del inicio del recorrido. En frente y tras Hércules y sus leones se alzaba un edificio de tres plantas que no podía ser otro que el casino.
Traguito fue por la calle de la izquierda y por ella fuimos a dar a la puerta de un oscuro parque que parecía cerrado a esas horas. ¿Qué hizo traguito al ver la puerta cerrada? Nada. Se quedó allí parado como si estuviese pensando en el modo de acceder al parque, donde un centenar de árboles movían sus ramas creando una sinfonía que se alejaba en un infinito eco. El pequeño hombre empujó la puerta y sin más ésta se abrió ante él. Y como si supiese que yo le había venido siguiendo la dejó entre abierta invitándome a pasar. ¿Quería un testigo de su singular aventura?
Comencé a sentir verdadero miedo. En el lugar en el que me adentraba no era difícil esconderse, y, mucho menos, asaltar y acabar con la vida de un hombre. Sin embargo por una razón incompresible, me armé de valor y sacando fuerzas de flaqueza me adentré tras traguito en la siniestra alameda.
Al fondo de un camino de tierra, iluminaba, tímida, su entorno, una farola. Vi la sombra del hombre que iba creciendo al acercarse al foco de luz. Algunos pájaros se inquietaron en sus ramas. Una lechuza puso su tétrico ulular en el eco del silencio. Luego un pequeño estanque donde dormían gansos y patos, un par de pajareras acurrucaban el sueño falto de libertad de tórtolas, periquitos, canarios y en una de ellas, como si se tratase del palacio de algún rey, habitaba una pareja de pavos reales. Y un busto como escondiéndose de las miradas de los curiosos se impuso ante traguito. El universal pintor miraba hastiado un viejo tiovivo. Y como si de un dios se tratase, traguito se arrodilló ante él. Pude oír sollozos y suspiros entrecortados, luego el pequeño guía se incorporó, se dio media vuelta y mirando hacia donde me encontraba se dirigió hacia allí. Un temblor me sobrecogió el cuerpo de arriba abajo y viceversa. Se acercaba con una decisión espantosa y de repente, en mis propias narices, se esfumó como por arte de alguna magia. Mi cuerpo y mi mente quedaron inmóviles. Todo mi entorno se tornó una oscuridad infinita, al cabo de unos segundos comencé a vislumbrar una pequeña luz parpadeante que se acercaba hacia mí desde la profunda tiniebla.
He aquí que se iluminó la estancia en la que me encontraba, el parque había desaparecido. Me encontraba en una habitación iluminada por un candelabro donde ardían varias velas. Una mesa escritorio presidía el conjunto austero y, tras la mesa un hombre recitó lo que a mí me pareció sublime:
<Recuerda que a los amantes la mentira les sorprende en sus confesiones. Sola tú formas parte de mi pura soledad. En todo te transformas: un murmullo o tu aéreo perfume.
Entre mis brazos: ¡qué abismo que se alienta de pérdidas!
Mis brazos no te retienen. Y es por eso justamente que te tengo para siempre>>
©salvador moreno valencia